José Luis Centella, considera que “la mejor forma de celebrar la Pascua Militar sería con el anuncio de retirada de las tropas españolas de Afganistán, el cierre de las bases de EE.UU en suelo español y la salida de la OTAN. Todo ello sí sería la mejor contribución a un nuevo modelo de relaciones internacionales basadas en la solidaridad y la defensa del derecho de los pueblos al disfrute de sus riquezas naturales”.
En línea con este planteamiento, Centella recuerda que “una de las primeras iniciativas presentadas por nuestro grupo en el Congreso, al margen de la prioridad sobre la situación económica, ha sido la petición de retirada de las tropas españolas en Afganistán”.
El portavoz de Izquierda Unida recuerda, además de esta postura contraria a la presencia del contingente español en Afganistán, que “la decisión de la OTAN de impulsar una guerra abierta en Afganistán ha implicado a nuestras tropas en lo que no es otra cosa que una ‘guerra de ocupación’, aunque otros prefieran calificarla de otra forma”.
Para Centella, la gravedad de las decisiones de la OTAN de incrementar las acciones militares en Afganistán pone de manifiesto “por una parte, el fracaso de la llamada operación ‘Libertad Duradera’, que ni ha terminado con los talibanes afganos ni, mucho menos, ha servido para detener a los jefes de Al-Quaeda; por otra parte, deja claro el objetivo que tenía la Alianza Atlántica, que no era otro que la ocupación del país en función de los intereses de los EE.UU para controlar los recursos naturales de la zona”.
El parlamentario de Izquierda Unida señala que “desde nuestra formación denunciamos que, al contrario de lo que en esta festiva Pascua Militar se quiere hacer ver a la opinión pública, nuestras tropas en Afganistán no cumplen allí una misión humanitaria. Hay muchos Estados en el mundo que requieren una ayuda humanitaria de forma más perentoria que en éste y no la reciben, como ocurre en gran parte de continente africano, con miles de muertes diarias por hambre. Buena parte de ellas podían ser paliadas si a estos Estados se les dedicase una parte de los fondos militares que ahora se gastan en Afganistán”.
Para José Luis Centella, “tampoco se puede decir que nuestras tropas ayudan a crear un Estado democrático y libre. La realidad es que en Afganistán no se está creando una democracia que vaya mas allá de un simulacro de elecciones, nada libres por cierto, ya que los apoyos locales que consiguió Washington para desencadenar la guerra y derrocar a sus antiguos aliados -los talibanes- no tienen ningún apego ni a la libertad ni a la democracia, ni mucho menos a la justicia social”.
“RAWA –añade-, una organización de mujeres afganas, ha manifestado en diversas ocasiones que los actuales gobernantes son ‘talibanes sin barba’. Lo que les diferencia, amén de un integrísimo menos rígido que sigue manteniendo a la mujer bajo el burka y que es tan corrupto o más que el anterior régimen, es su servilismo ante los intereses norteamericanos”.
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