“El fracaso de Tablada para ser un espacio definitivamente verde y de disfrute por los sevillanos es una herencia que nos deja este gobierno, que nunca ha pasado de las palabras a la verdadera acción.” Programa electoral del Partido Popular, pág. 117, Objetivo 11 “Una ciudad sostenible”.
Con el logo imperativo de YA! proponía el candidato Zoido en su programa a los ciudadanos de Sevilla pasar de las palabras a la verdadera acción en el caso de Tablada. Una dehesa virgen de 364 hectáreas, en la que tienen puestos sus ojos los actuales dueños, una unión de empresas que se llama Tablada Híspalis. Ojos avariciosos y especulativos, que compran a las Cajas de Ahorro para promover miles de viviendas en el pulmón más importante que garantiza el aire puro a los sevillanos. Las Cajas compran al Ministerio de Defensa, para luego vender al consorcio.
Lo que en precio rústico no pasa de 400 millones de las pesetas antiguas en el año 1999, con el primer cambio de mano ya sube hasta 5.000 millones. En el segundo cambio de mano se pagaron 13.000. La expectativa de ganancia se iba a 32.000 millones. Espectacular pelotazo que la década prodigiosa de Aznar, autor del primer traspaso y exponente de un modelo origen de la actual crisis económica y que frustró Izquierda Unida con su llegada al gobierno municipal en 2003.
Ni hace un año que presentó este alcalde embustero su programa. Y añadió más, en coherencia con su promesa: “Tan pronto como se resuelva en el Tribunal Supremo la legalidad de la enajenación, no tardaré ni 15 días en resolverlo”. Zoido, preso de la enfermedad electoral “prometitis aguda” (promete aunque sepas que no cumplirás), dijo sí a todo –y a lo contrario- en su programa electoral con el fin de conseguir votantes ingenuos. Ya en este pasado noviembre de 2011 se resolvió la duda de la enajenación. El Supremo dijo que era legal. Y empezó a correr el tiempo. 15 días. Ya llevamos casi dos meses.
Ese fin que justifica los medios, como hace indiscriminadamente el fascismo, dio sus resultados en forma de mayoría absoluta. Este viernes en el pleno, ya con Zoido de alcalde, también de alcalde, (“dedicaré 24 horas a Sevilla…”, pero eso da para otra hoja), le dijimos que pasase a la acción. “A la verdadera acción” para que “Tablada sea un espacio definitivamente verde y de disfrute para los sevillanos”.
Y allí dijo que “no es mi prioridad”. Del YA! imperativo del momento electoral al “ahora no toca” del momento presente. Lo de la milonga de la sostenibilidad que diría Arenas se ha convertido en la sostenibilidad de las milongas de las promesas electorales. Un fraude más propio de una derecha para la que el fin justifica los medios.
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