01 abril 2012

Zoido consuma la mayor agresión contra los trabajadores municipales en democracia


La cosa se veía venir, pero no por eso deja de sorprender ni de provocarnos a muchos la mayor de las indignaciones posibles. El Gobierno local del PP ha aguardado tan sólo unas horas, una vez celebradas las elecciones andaluzas, para mostrar a la ciudadanía, de la forma más descarnada, cuál es la verdadera naturaleza de su proyecto político y qué es lo que nos espera, a partir de ahora, a los trabajadores y a las capas populares de esta ciudad.
Me estoy refiriendo, lógicamente, al Plan de Ajuste que la delegada municipal de Hacienda, Asunción Fley, hizo público este mismo jueves, coincidiendo con la Huelga General convocada por los sindicatos, y que fue elevado ayer viernes al Pleno del Ayuntamiento, por la vía de urgencia, para su aprobación con los únicos votos del PP y el rechazo de la oposición.
En Izquierda Unida estamos convencidos de que este plan supone un regreso en el Ayuntamiento de la capital hispalense al siglo pasado, dado que la puesta en marcha de las medidas que contiene implicará la mayor agresión conocida en democracia contra los derechos sociales de los trabajadores municipales y de los sevillanos y sevillanas. Pero, al mismo tiempo, conllevará también la confirmación del mayor fraude político local que se recuerda en muchas décadas en nuestra ciudad.
Y es que quien se presentó en campaña electoral como el futuro alcalde del empleo, del consenso, del diálogo, de la transparencia, de la no improvisación, de los más desfavorecidos, de la bajada de la presión fiscal… acaba de dilapidar la poca credibilidad que le podía quedar ante la ciudadanía con la imposición de este durísimo plan de ajuste, que está plagado de recortes laborales y sociales así como de importantes subidas de impuestos.
Así nos encontramos, por ejemplo, que “el alcalde del empleo” no va a tener empacho alguno en disolver las sociedades municipales de Giralda Televisión y de Sevilla Global, condenando al paro a 61 trabajadores directos –y a una cantidad mucho mayor de indirectos– y liquidando dos instrumentos fundamentales para garantizar, por un lado, un servicio de información cercana y de calidad a los sevillanos y, por otro, una apuesta decidida en pro de la formación laboral, el apoyo y asesoramiento a pymes y emprendedores, la captación de inversiones, etcétera. 
Pero no terminan aquí las impopulares medidas del señor Zoido respecto al empleo, ya que el plan de ajuste contempla también una reducción salarial del 5% para los trabajadores de las empresas municipales de Lipasam y de Tussam y para un sector del personal laboral del IMD.
Además, el tijeretazo del “alcalde del empleo” amplía la jornada laboral en el Ayuntamiento a 37,5 horas (sin acompañar esta decisión de un aumento de sueldo, por supuesto); elimina las dietas a los empleados públicos; establece la tasa de reposición de efectivos cero (de modo que no podrán cubrirse las bajas de los empleados que se jubilan); anula la aplicación del convenio colectivo del Ayuntamiento para el personal contratado con cargo a programas asumidos por el Consistorio, como pueden ser las escuelas taller o los talleres de empleo; y disminuye notablemente las transferencias del Consistorio a las empresas municipales y organismos autónomos.
Por si fuera poco, el alcalde que nunca subiría los impuestos pasará a la historia por ser el artífice de un incremento lineal y anual del 3% de las Tasas y Precios Públicos del Ayuntamiento hasta el año 2022, además de por crear nuevos gravámenes (en Urbanismo) y suprimir las bonificaciones por la domiciliación bancaria de los recibos tributarios municipales.
A esto hay que añadir que el “alcalde de la transparencia” ha ocultado este plan en el cajón hasta después de las elecciones andaluzas, al igual que su jefe, el señor Rajoy, ha hecho con unos Presupuestos Generales del Estado que sólo servirán para ahondar más las desigualdades en el país, generar mayores cifras de paro y favorecer a los defraudadores de cuello blanco mediante amnistías fiscales.
A esto hay que agregar, además, que el “alcalde del diálogo y del consenso” no ha negociado, ni consultado, ni tan siquiera informado con antelación a los partidos de la oposición y a los sindicatos de estas terribles medidas que, insisto, constituyen un ataque sin precedentes a los derechos laborales y sociales de los trabajadores del Ayuntamiento.
Y a esto hay que sumar también que el alcalde que no iba a improvisar sigue dando bandazos y sobrados ejemplos de una manifiesta incapacidad y de una falta de planificación lamentables. No en vano, la voracidad recaudatoria del PP no parece que vaya a culminar con este paquetazo, sino que, como ya anunció ayer la delegada Fley, continuará con nuevos recortes salariales a las plantillas de las empresas municipales de Emasesa y Emvisesa.  
Afirma el señor Zoido que el plan de ajuste aprobado por el Ayuntamiento de Sevilla se realiza por “imperativo legal”. Pero no aclara que los decretos-leyes a los que trata de ajustarse no han caído del cielo, de forma aséptica e inevitable, sino que han sido redactados y sacados adelante precisamente por el partido que gobierna en el país, que no es otro que el suyo, el PP.  
Asegura el señor Zoido que el cierre de Sevilla Global o de Giralda Televisión era algo necesario para que el Consistorio sevillano pudiera acogerse al plan de pago a proveedores del Gobierno central. Pero esa letra pequeña no nos la explicaron cuando vendieron las presuntas bondades y maravillas de esta iniciativa. Entonces nos dijeron que esta fórmula permitiría reflotar empresas, no hundirlas. Así que para ese viaje no hacían falta tales alforjas. 
Por todo ello, en Izquierda Unida no nos vamos a limitar a votar en contra de esta manera torticera de hacer política, que consiste en prometer una cosa y hacer luego todo lo contrario. La gravedad del asunto nos conduce a adoptar una posición mucho más activa y contundente, que incluirá, obviamente, el apoyo a todas las movilizaciones que los trabajadores estimen conveniente secundar contra esta declaración de guerra contra la mayoría social.
En este sentido, ya me he dirigido a los sindicatos y al comité de empresa a fin de solicitarles una reunión para analizar conjuntamente la situación que se nos viene encima y para poner al Grupo Municipal de IU a disposición de éstos con el objetivo de sumar fuerzas y tejer alianzas contra las políticas regresivas, involucionistas y antisociales de Zoido y del PP.  
Definitivamente, la derecha sevillana ha optado por quitarse la careta como pudimos corroborar en el Pleno de este viernes, donde el PP tan sólo aceptó una de nuestras mociones; concretamente, la de instar al Ministerio de Fomento para que instale pantallas acústicas en el tramo de la autovía de circunvalación SE-30 que atraviesa los barrios de La Negrilla, Nuevo Palmete, Padre Pío y La Plata, al objeto de contrarrestar las molestias que sufren los vecinos de estas zona como consecuencia del intenso tráfico de esta carretera.
El resto de nuestras propuestas fueron tumbadas por el rodillo de la mayoría del PP. Un rechazo que, si bien era predecible en alguna moción, como la de exigir al Gobierno central que retire la reforma laboral, en otras resulta bastante difícil de justificar y de entender.
La gente ha de saber que el PP vetó ayer la posibilidad de que la Corporación local expresase su respaldo a los trabajadores de Astilleros (esos a los que tanto utilizó Zoido para proyectar su imagen de alcalde preocupado por los problemas de todos los sevillanos) y se opuso a crear una red municipal de cocinas sociales en la ciudad, a pesar de que el delegado de Cerro Amate, José Miguel Luque, se comprometiese a ello en una junta municipal de ese distrito.    
Y es que ya no hay a la vista, ni en el corto ni en el medio plazo, elecciones que impidan a la derecha sevillana aplicar en toda su extensión su modelo político y económico, ése que el señor Zoido no se atrevía a exponer al completo hasta ahora y que, en su esencia y naturaleza, es injusto, insolidario, débil frente a los poderosos y despiadado con los menos favorecidos. 
Si a alguien le quedaba alguna duda al respecto, la habrá podido despejar a partir de ahora. Nosotros ya alertamos en su momento que, por mucho populismo y demagogia que empleara en su discurso, en la práctica la derecha, al final, siempre sirve a los intereses de los de arriba y ataca a los de abajo. Desgraciadamente, se ha demostrado que llevábamos razón.

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