Suelo contar últimamente una anécdota de la que fui testigo directo y que para mí fue tan reveladora como parece que lo es para las personas a las que se lo cuento, si me fio por el estado de estupefacción que produce. Debajo del pequeño piso de alquiler en el que vivo en Madrid, en el barrio de Embajadores, hay un albergue de transeúntes. No hace mucho pude escuchar a través de la ventana un fragmento de conversación entre dos mendigos. Uno le comentaba al otro que iba a votar a Mariano Rajoy el 20-N porque le iba a bajar los impuestos… Para mí este pasaje de la vida real resume, de forma tan clara como dramática, el estado de confusión que atenaza las mentes de muchos ciudadanos y ciudadanas. Es tremendo, pero es la realidad. ¡La conquista que debemos hacer ahora es arrebatar a los dominadores el cerebro de los dominados!
Conté este episodio en la Asamblea de la Convocatoria Social de IU que, el domingo día 9 de octubre, ratificó por unanimidad mi candidatura como candidato a la Presidencia del Gobierno, y aprobó el resto de candidaturas y el programa electoral por una amplísima mayoría. Izquierda Unida ha cerrado así la Asamblea de Convocatoria Social celebrada durante todo el fin de semana en Madrid, en la que han participado más de 650 delegados, más de un tercio de ellos pertenecientes a asociaciones y movimientos sin afiliación a IU.
En mi discurso de clausura de este importante encuentro señalé que es la hora de la rebelión de los de abajo frente a quienes desde arriba, como PP y PSOE, han convertido la Constitución en papel mojado. No son, y ahí están los acontecimientos que lo constatan, palabras huecas. Hay una necesidad imperiosa de enfrentar las políticas regresivas que tanto daño están ocasionando a la gente, con determinación y alternativas; porque hay alternativa, más allá de esa afirmación categórica y tendenciosa que otorga valor de dogma a la necesidad de los sacrificios y de los recortes sin fin. ¿Dónde nos conducirá este achatarramiento del estado de bienestar? ¿De dónde emana la legitimidad de quienes nos condenan a la precariedad permanente y al desguace social?
Más allá de la fecha del ya cada vez más próximo 20N, cuyos resultados nos servirán de referencia y termómetro social, ¿qué está haciendo IU en estos momento para muscular el tejido social que nos permita hacer frente a la actual situación y a aquellas que, sin duda, están por venir? Bien, la Asamblea que hemos realizado ha tenido su puesta de largo tras más de 500 asambleas locales celebradas en los últimos meses con más de 15.000 participantes. Además, la aprobación de las candidaturas por 464 votos a favor, seis en contra y 20 abstenciones suponía también el espaldarazo de los militantes, simpatizantes y colectivos que han colaborado con IU a la presentación a los comicios junto a otras 12 formaciones, además de independientes, con quienes ha logrado llegar a acuerdos electorales desde la izquierda alternativa.
Hemos hecho, y en ello seguimos, un enorme esfuerzo. Estoy seguro de que nuestros aliados nos hacen más fuertes, más ricos en argumentos y más capaces de rebelarnos ante los poderosos, los especuladores y los políticos marionetas. Nuestra mochila se está llenando con elementos que vienen transferidos de las mochilas de nuestros coaligados. Los frentes sobre los que habremos de volcarnos son la defensa de lo público, de la educación, la sanidad, la lucha contra los pelotazos urbanísticos, las centrales nucleares… Todos estos elementos constituirán nuestro frente de lucha en un momento en que los dos partidos mayoritarios que aspiran a gobernar, se han pertrechado a la derecha de la Constitución española, es más, la han convertido en papel mojado.
No descubro nada si digo que Izquierda Unida se sitúa con los de abajo, con los trabajadores, las organizaciones sindicales, los movimientos sociales y el conjunto de esa izquierda alternativa con la que estamos construyendo la respuesta que necesita este país. Por eso estamos volcados con la defensa de la educación, pues es ésta el arma más poderosa que se puede usar para frenar la ofensiva del capitalismo y para cambiar el mundo. Han convertido la democracia en ‘botincracia’, y lo que debemos hacer es –vuelvo al inicio de estas notas- arrebatar a los dominadores el cerebro de los dominados; si nos arrebatan la educación, si nos secuestran esa arma, lo tendrán mucho más fácil.
No escondo el orgullo que me produce el contenido del programa electoral que hemos aprobado. Entre los muchos puntos novedosos está la exigencia de incluir en la Constitución un porcentaje mínimo del Producto Interior Bruto (PIB) para que se destine a los servicios sociales. Es la forma de responder al ‘reformazo’ para limitar el endeudamiento público pactado por esos mismos que han sumergido la Carta Magna bajo el agua. La amplitud del contenido programático aprobado me lleva a pensar que los proyectos de los candidatos popular y socialista, son muy pobres y en ocasiones un poco chuscos. Por ejemplo, propone Mariano Rajoy limitar el tiempo de permanencia de los políticos en los cargos públicos: ¡Pero si él lleva más de 20 años de diputado! Por otro lado, Alfredo P. Rubalcaba sugiere que los políticos tengan un solo sueldo, estoy de acuerdo, pero que se lo aplique a Felipe González. Al respecto, Gaspar Llamazares propuso en el Congreso que hubiera una incompatibilidad para que los ex presidentes del Gobierno, también Aznar, no compaginaran su sueldo de más de 80.000 euros con el trabajo en empresas privadas privatizadas. El PP, el PSOE y su candidato votaron en contra…
Hace unos días he hecho pública una carta dirigida a la ciudadanía de izquierdas de este país, con motivo de la reciente reunión de la OTAN en Bruselas, en la que el Presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero entregaba la base aeronaval de Rota para albergar parte del escudo antimisiles de la Alianza Atlántica. Es ésta una prueba más de que el Gobierno de España, con las Cortes Generales disueltas, ha tomado una de las decisiones más trascendentes para el país de los últimos años, junto con la reciente modificación de la Constitución. Lo es también por lo que supone de burla a los compromisos electorales del PSOE, que no lo llevaba en su Programa Electoral, y a lo que en su día fue el voto de la ciudadanía en el referéndum de integración en la OTAN. Es ésta, quizás, la última medida tomada por un sistema bipartidista que opera al son de la mano que mueve la cuna. Frente a todo ello, y con todos aquellos que quieran caminar con nosotros, nos rebelamos.
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