Centella fue desgranando ante los medios que Izquierda Unida tiene la voluntad de meter el debate de Sevilla en la campaña electoral. Así, ante las figuras –figurantes- que los partidos de nuestra derecha han situado a la cabeza de sus candidaturas, el empeño de nuestra propuesta consiste en insistir allí donde tengamos la palabra que de lo que hay que hablar es de los problemas que tienen los sevillanos y las sevillanas, sus soluciones y cómo abordarlas en el Congreso de los Diputados.
No se puede hablar de crisis sin traducir como se está concretando en Sevilla, no se puede hablar de fiscalidad sin mencionar que las grandes fortunas estás subvencionadas a costa de la mayoría social de Sevilla, no se puede hablar de industria naval sin mencionar a los Astilleros de Sevilla y la lucha de sus trabajadores amenazados por el paro, ni se puede hablar de aceituna de mesa, arroz, remolacha, aceite o algodón, sin mencionar la Política Agraria Común y su impacto sobre los agricultores y ganaderos del campo sevillano, o el turismo como sector de los servicios con muchas posibilidades de empleo e innovación.
La crisis tiene, también, nombres sevillanos. La dación en pago de la vivienda como cancelación de la hipoteca, la defensa de las inversiones públicas en infraestructuras de comunicaciones a las comarcas y a los pueblos para facilitar el equilibrio territorial y el sentido de pertenencia que dé esperanzas al futuro de los jóvenes sevillanos o luchar contra los recortes en la sanidad sevillana o en la educación en nuestra provincia.
A Madrid tienen que llegar los sevillanos y sevillanas de la mano de los diputados y diputadas de Izquierda Unida.
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