El autodenominado Gobierno local de la “transparencia” sigue brindándonos acabados ejemplos de todo lo contrario a lo que predica, un día sí y otro también. La intención del PP de despachar la aprobación inicial de las nuevas ordenanzas fiscales en el Pleno ordinario previsto para este viernes da claramente fe de lo que digo.
Esta decisión, de la que no hay precedentes en la historia reciente del Ayuntamiento, demuestra el enorme interés de la derecha por sacar adelante, cuanto antes y con el menor ruido posible, unas tasas e impuestos que no se corresponden con lo prometido por Zoido cuando estaba en la oposición y en la pasada campaña electoral.
Dada la especial importancia que este asunto tiene para el conjunto de la ciudadanía sevillana, el Gobierno local anterior siempre solía convocar un Pleno extraordinario de carácter monográfico para que los grupos políticos pudieran defender o criticar las distintas ordenanzas fiscales con el debido margen para la argumentación, la réplica y la contraréplica, y sin agobios por el tiempo ni distorsiones de ningún tipo.
Sin embargo, en esta ocasión el PP ha optado por minimizar la relevancia de este debate metiéndolo de tapadillo en el marco de una sesión ordinaria, cuyo orden del día contiene un total de 37 puntos, a los que habría que sumar más de diez mociones registradas por la vía de urgencia, amén de los ruegos, preguntas e interpelaciones.
Parece muy evidente el temor del Gobierno de la derecha a que se descubra la falsedad de su discurso sobre las ordenanzas fiscales que ha anunciado para 2012. De ahí que vete un debate en condiciones sobre el tema, sabedor de que ello sólo servirá para poner al desnudo las mentiras que hasta ahora ha venido sosteniendo al respecto.
Otra explicación no le veo, sobre todo, una vez conocido el duro varapalo emitido por el Consejo Económico y Social de Sevilla en su reciente dictamen, donde precisamente se recogían muchas de las críticas realizadas por Izquierda Unida desde un principio a la propuesta de tasas, impuestos y precios públicos elaborada por la derecha.
Como ya denuncié hace poco en este blog, las ordenanzas fiscales del PP representan el gran fraude electoral del señor Zoido. Y es que, por mucha propaganda que su Gobierno emplee para manipular la realidad, lo cierto es que los tributos van a subir muy por encima del IPC en numerosos servicios esenciales para la mayoría de los ciudadanos como el agua, la recogida de basuras, el transporte público o las actividades deportivas.
Y todo ello mientras se mantiene exactamente igual el tipo de gravamen del IBI (después de haberse comprometido a reducirlo), beneficiándose para más INRI los valores catastrales más altos; se bonifican los vehículos de mayor cilindrada, en una lamentable apuesta contra la sostenibilidad medioambiental; o se aplica una subida desorbitada a los vados.
Estas son sólo algunas de las verdades que el PP quiere evitar que sean conocidas por los sevillanos y sevillanas. Por eso, ha hurtado un debate en exclusiva sobre ordenanzas fiscales, tal y como se venía celebrando hasta ahora. Pero ello no impedirá que Izquierda Unida presente sus propuestas alternativas y, en su momento procesal oportuno, lleve a cabo también las alegaciones pertinentes a un proyecto normativo que deja mucho que desear.
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