26 noviembre 2012

Sevilla homenajea a las víctimas del fascismo


El salón de actos del centro educativo de Pino Montano se quedó pequeño este sábado para albergar el homenaje que más de 30 organizaciones ciudadanas, sociales y políticas, entre las cuales se encuentran el PCE e Izquierda Unida, brindaron a las víctimas del golpe de estado, la represión y la dictadura franquista. Un encuentro que, sin duda, marcará un antes y un después en la lucha por la recuperación de la memoria histórica andaluza tanto por su carácter global como unitario.

“No os podéis imaginar lo que supone para mí este homenaje. Esto es como devolverle a mi madre lo que ella siempre soñó: que se reconociera de una vez la injusticia que aquí se cometió en el pasado”. Así se expresaba Carmen León, la nieta de una de las hermanas de José Díaz, el secretario general del PCE entre 1932 y 1942.

Carmen fue una de las protagonistas que tomó la palabra en el acto central de esta intensa jornada para relatar su historia personal de dolor y sufrimiento. A ella el fascismo le arrebató a su abuela por ser familiar de quien era. “Un día mi madre se presentó en la cárcel para llevarle la comida y entonces le dijeron que ya no hacía falta”, contó con rabia contenida.

Durante más de dos horas desfilaron por el escenario represaliados de distinta condición para mostrar su testimonio de cómo el fascismo les despojó de sus sueños o les destrozó parcial o totalmente sus vidas. Una tarea que facilitó con sus entrevistas el periodista y presentador del programa “La Memoria” de Canal Sur Radio, Rafael Rodríguez.

Familiares de fusilados como Francisco Rodríguez, personas que padecieron la tortura y la prisión como José María Romero, exiliados como Florentino Moreno, guerrilleros como Leopoldo Iglesias... Todos ellos recibieron el calor y el cariño que se merecen en este homenaje destinado a honrar la memoria de aquellos hombres y mujeres que quisieron cambiar la sociedad para hacerla más justa y democrática.

No faltaron tampoco los reproches por la tardanza con que llegaba este reconocimiento. Así, Juan Antonio Velasco no podía ocultar su malestar por esta cuestión: “Estoy algo dolido porque los partidos políticos y sus dirigentes han hecho muy poco por nosotros y eso no lo voy a perdonar nunca”, admitía con tristeza y resignación.

Otros como Manolo Gonzalo, veterano combatiente del PCE,  aprovechar la tribuna para arengar a los presentes y para insistir en la necesidad de “seguir luchando” en estos tiempos de retrocesos sociales y laborales. “¡Hay que salir a la calle porque está en juego la libertad! ¡No es muerto uno mientras vive y, como decía mi camarada Dolores, prefiero morir de pie que vivir arrodillado!”, sentenció entre sonoros aplausos.

Por su parte, Josefa Vela puso voz y rostro, a sus 93 años, al drama de las familias que resultaron víctimas del robo a manos del franquismo. Y ni su avanzada edad ni el paso del tiempo le impedían recordar, como si fuera ayer, el asesinato de su padre, cuando apenas tenía 17 años. Le acusaron “de masón y de dar provisiones a los rojos” y después la Falange se quedaría con su tienda de ultramarinos. “Nos echaron a la calle y nos dejaron en la miseria”. “Fijaros si me acuerdo bien que ni olvido ni perdono”, remató.  

Otro de los testimonios más emotivos fue el de Francisca Adame. Esta mujer de 90 años narró por teléfono, desde su casa de Fuente Palmera, el ir y venir de las cárceles y de los campos de concentración en los que durante largos años estuvieron encerrados su padre, un guardia civil que luchó con la milicia republicana, y su hermano.

“Pasamos mucha hambre, muchas necesidades y mucho desprecio. Y eso no lo cuentan los libros, eso hay que vivirlo”, explicó Francisca, quien se despidió regalándole al auditorio uno de sus poemas de paz mediante los cuales trata ahora de batallar contra las sombras que ahogaron su luz para no olvidar aquellos años de miedo y de falta de libertad y para recordarlos, como ella misma precisó, “con la esperanza de que no vuelvan a repetirse nunca”.

“Sepan que su esfuerzo no ha sido en vano y sepan que se lo reconocemos. Gracias por vuestro compromiso, sacrificio y generosidad”. Con estas palabras colocaba el broche final al acto el periodista Rafael Rodríguez, no sin antes resaltar el ejemplo que las víctimas del franquismo representan para las nuevas generaciones y desear que éste “prenda con fuerza en la rebeldía social” necesaria para hacer frente a los ataques que viene recibiendo “esa democracia que tanto nos ha costado construir”.

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