09 junio 2013

La militancia comunista en Sevilla renueva su compromiso en pro de la clase trabajadora y al servicio de la mayoría social

El acto de entrega de carnés del PCA se salda con un innegable éxito de participación. Carlos Vázquez llama a “continuar peleando en las calles”, de manera unitaria y con los movimientos populares, “por la defensa de nuestros derechos, los servicios públicos, la vivienda digna y el trabajo”.

Más de 300 personas participaron este viernes por la tarde en el acto público organizado por el PCA de Sevilla capital en la Finca La Albarrana del Parque Miraflores, donde se hizo entrega de los carnés a los nuevos militantes del partido.

El secretario político local del PCA, José Manuel García, fue el encargado de dar la bienvenida a los camaradas que en el último año se han incorporado a esta organización política, “donde no vais a tener gloria ni dinero –aseveró-- porque aquí se viene a la lucha y al codo con codo para enfrentarnos al capitalismo”.

En su discurso, García apeló a la necesidad de seguir acumulando fuerzas para conformar un bloque social y político alternativo que nos lleve a una democracia real y republicana y a un sistema económico al servicio de la mayoría, donde la banca esté nacionalizada y los recursos estratégicos del país sean propiedad del pueblo. “¡Y ese sistema se llama socialismo!”, enfatizó entre aplausos.

El también coordinador de IU en Sevilla se refirió a la actual ofensiva del capital, ante la cual –dijo--, “los comunistas, hoy más que nunca, hemos de estar presentes en las calles, en los barrios, en los centros de trabajo y de estudio, en los movimientos sociales, en nuestro sindicato... explicándole a la gente lo que pasa y ayudando a construir esa alternativa social, democrática y anticapitalista para salir de esta crisis”.

Tras García, tomó la palabra el secretario provincial del PCA, Carlos Vázquez, quien puso el énfasis en los difíciles momentos que atraviesa una clase obrera que está recibiendo agresiones sólo comparables a las que se producían en los años 30.

“Pretenden convertir la sanidad y la educación --pública, gratuita y de calidad-- en un recuerdo del pasado, además de sustituir los servicios sociales por la beneficiencia y la caridad y de retrotraernos a los tiempos en los que uno debía agradecer que lo contrataran por unos jornales después de guardar largas colas en las plazas”.

De este modo resumía Vázquez la realidad de un país “absolutamente colonizado y hegemonizado por unos títeres que no representan los intereses de los españoles” y que, por otro lado –recalcó—, “están ejecutando una perfecta agenda sincronizada de destrucción de lo que se ha venido denominando el estado del bienestar”.

Por eso, para el dirigente del PCA, el único camino que nos queda a los comunistas es el de “continuar peleando en las calles”, de manera unitaria con los movimientos populares, “por la defensa de nuestros derechos, por los servicios públicos, por la vivienda digna, por el pan para quien tiene hambre y por el trabajo para el que lo necesita”. Se trata, según precisó, de “poner nuestra fuerza de combate al servicio de la mayoría” y de “crear conciencia para volver a hacer buena la bandera del no pasarán”.

El propio Vázquez adelantaba algunos de los retos inminentes que el partido ha de afrontar en los próximos días: “Mañana nos movilizaremos para reivindicar la reforma agraria y un banco de tierras y por la tarde, nos manifestaremos con los afectados por las hipotecas. Pasado, protestaremos con quienes piden trabajo y, el otro, con los que reclaman la reactivación de la minería o de los astilleros...”. Ejemplos prácticos para demostrar que la batalla del PCA no es, ni mucho menos, retórica.

Pero todas esas luchas –advirtió Vázquez-- no se justifican por sí solas si no somos capaces de cambiar el modelo político y de apostar decididamente por la “auténtica democracia”, es decir, por el advenimiento de la III República, continuando “la tarea inconclusa que impidieron los fascistas con el golpe de estado y el genocidio posterior”.

Y es que, según Vázquez, la clase trabajadora y las capas populares de este país se merecen un gobierno y un modelo político que responda a sus intereses legítimos, “y no esa chusma indocumentada e infame que sólo mira por su sobresueldo, por su sobresito y por explotar a los que tienen debajo”.

Además de José Manuel García y de Carlos Vázquez, también intervino la camarada y miembro del comité ejecutivo del PCE, Julia Hidalgo, quien resaltó la trascendencia del acto --“el más importante de los que podemos celebrar los comunistas”, afirmó--, y reiteró la necesidad de “ampliar nuestras alianzas” y de “organizar la rebelión” para avanzar hacia un proceso constituyente que nos conduzca a la III República.

Tras los discursos, se procedió a la entrega de los carnés a las decenas de militantes que en los últimos meses han pasado a engrosar las filas del PCA en la ciudad de Sevilla, mientras que el resto renovaba su compromiso contra las desigualdades que genera un sistema que estalla por los cuatro costados..

Especialmente significativo resultó el reconocimiento al camarada más veterano, Manuel Baena, quien, una vez subido al escenario y visiblemente emocionado, no pudo resistirse a gritar a los cuatro vientos: “¡Viva el PCE! ¡Vivan las Juventudes Comunistas! y ¡Viva la República!”.

La Internacional puño en alto puso el cierre al contenido político de este acto, pero no a su parte lúdica, que se prolongaría algún tiempo más en un inmejorable ambiente de camaradería y que tuvo como colofón las actuaciones musicales de los grandes artistas Manuel Gerena y Manuel Molina.

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