El Gobierno de la República Checa presentará a final de año al Tribunal Administrativo Superior una denuncia, la primera en su historia democrática, para abolir el Partido Comunista de Bohemia y Moravia (KSCM).
La denuncia estará lista en el otoño, y después será presentada por el Ejecutivo al Tribunal Administrativo Superior. Sin embargo, Interior expresó que “será difícil”, sobre todo después de un dictámen de hace unos años en el que el propio ministerio reconoció que “no teníamos posibilidades de éxito, y no lo intentamos”.
La antigua república socialista, que estuvo durante cuatro décadas sometida a los dictados de la Unión Soviética, que llegaban a través del Partido Comunista Checoslovaco, y que desde el retorno a la democracia en 1989 no castigó los crímenes y atropellos cometidos por el régimen totalitario, intentará por primera vez poner fuera de la ley a la organización izquierdista.
En las pasadas elecciones de mayo de 2010, el KSCM obtuvo 26 diputados, lo que supone el 13 por ciento de los escaños de la Cámara baja, y fue el cuarto partido más votado, por detrás de socialdemócratas (CSSD), conservadores (ODS), conservadores liberales (TOP 09).
El Ministerio del Interior ilegalizó en 2006 el “Konsomol” o Agrupación de Juventudes Comunistas (KSM), por ir en contra de la propiedad privada y en favor de la colectivización de los medios de producción.
La prohibición fue impugnada por las Juventudes Comunistas mediante un recurso de casación ante el Tribunal Administrativo Superior, y los juzgados de primera instancia fallaron a favor de KSM en enero de 2010, con lo que se reanudó su actividad.
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