El alcalde de la derecha eligió quedarse con el sueldo más alto de entre los dos que podía elegir. El de parlamentario andaluz con el que, según cuenta El Correo de Andalucía, declaró en el año 2009 81.976 euros. Así se recoge también en la declaración de bienes que hizo en dicho ejercicio ante el Secretario General del Ayuntamiento. Ver aquí http://bit.ly/ozidZT
Si repartiésemos esa cantidad entre 12 meses nos saldría una cifra bruta –brutísima- de 6.831,33 euros (periódica pura) ¡al mes!. Casi un millón ciento cincuenta mil pesetas. No está mal para los tiempos que corren. Nada sabemos de 2010.
Frente a esa cifra el PP andaluz hizo pública otra cifra, también referida al ejercicio de 2009 en la que aseguraba que Zoido ganó 59.217 euros en dicho año. Parece ser que es preciso “restar” los ingresos que percibe como parlamentario, como presidente de la Comisión de Cultura (¡?), como presidente de la Comisión de Justicia y Administración Pública que no está vigente o como vocal de la Diputación Permanente del Parlamento andaluz. Además sabemos que –ocurre en el caso de Arenas y otros políticos populares- el partido les pasa “para sus gastos” algunas cantidades nada desdeñables.
Un poco lío esto, ¿no?. Pues justo de eso se trata. El caso es que una de las dos cifras no es cierta o dicho de otra manera, poniendo sobre la mesa las dos se busca precisamente confundir al personal. Quién sabe si habrá una tercera –y auténtica- versión.
No eligió la de concejal de la oposición, entonces, ni la de alcalde ahora, porque en ambos casos hubiera salido por más de 20.000 euros menos al año. Llegados a este punto, en Izquierda Unida nos hacemos una reflexión, que ya mencionó nuestro portavoz en el debate del pleno municipal de organización, ese pleno en el que se fijan los salarios de los concejales.
Es la siguiente: Cómo se puede ser alcalde a dedicación exclusiva y cobrar como parlamentario. Cargo en el que, por cierto, sólo ejerce para chupar cuota de pantalla en el tiro de cámara al haberse situado “casualmente” detrás de Arenas que sale mucho por la tele hablando en el parlamento.
Es un fraude al Parlamento y es un fraude al Ayuntamiento. Es un fraude a los ciudadanos, sevillanos y andaluces, contribuyentes entre todos que costean lo que cobre. Lo cierto es que, siendo alcalde de una ciudad que le exige la total dedicación debería pagarle la ciudad y no el Parlamento por el que apenas aparece. Y así de paso podríamos enterarnos de lo que cuesta –y lo que vale- de verdad el alcalde de Sevilla.
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