Javier Parra | Director de LA REPÚBLICA
Los cientos de miles de personas que estos meses han tomado las calles de toda España y han acampado en decenas de ciudades del país no lo han hecho por haber leído un libro. Desde el principio apestaba a producto de marketing el libro “Indignaos” de Stephane Hessel, como lo hacen la mayoría de las decenas de libros distintos que plagan las estanterías de El Corte Inglés o la FNAC hablando del movimiento de los “indignados”, que aportan poco, o muy poco al necesario cambio de sistema en nuestro país y en los países que nos rodean.
Los jóvenes y menos jóvenes del 15M no necesitaban un libro para saber que estaban indignados ni para salir a la calle. Salieron y salen porque están hartos, y una vez en la calle el sistema intenta hacer con ellos lo que mejor saber hacer: comerciar.
Ahora aparece en escena de nuevo Stephane Hessel, que estos días pasaba por Madrid para presentar su último libro: “¡Comprometeos!”. Y no se corta el caballero al manifestar su profunda admiración por el Presidente del Gobierno, José Luís Rodriguez Zapatero, y por el candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba.
No creo que Hessel esté tan desinformado como para desconocer las medidas del gobierno de Zapatero ofreciendo en sacrificio a millones de españoles en al altar de los “Mercados”. Tampoco ha dicho una palabra del Golpe Constitucional que ha ejecutado su admirado Presidente en colaboración con la más rancia derecha de los últimos 35 años en España.
Es normal, Hessel no quiere cambiar el sistema, quizá mejorarlo un poquito. Y con sus populares folletines pretende que la indignación y el cabreo generalizado se canalice hacia la petición educada de una posible reforma de parte del sistema.
De lo que quizá no se ha dado cuenta Hessel es de que la partida ya está perdida, porque los poderosos han hecho trampas y tenían las cartas marcadas. Así que pocas opciones más le están dejando al pueblo que la de romper el tablero.
El 15M la gente salió indignada a la calle, y de manera pacífica dio un ejemplo de tolerancia y pidió cosas justas y por las buenas. El poder establecido, con el silencio cómplice de la Corona, respondió con un Golpe de Mercado el 2 de septiembre.
Muy probablemente las movilizaciones continuarán y en otoño arderán las calles de España. Pero la derrota del 2oN – en una nueva partida con las cartas marcadas y los enemigos tramposos - quizá devuelva a mucha gente de nuevo a sus casas. Pero el día que vuelvan a salir quizá estén algo más que indignados…
Por cierto, puestos a hablar de libros que tienen la capacidad de cambiar las cosas recomiendo al lector “indignado” a dejar a un lado productos de marketing como “¡Indignaos!” y echar un vistazo a “El Estado y la Revolución”. No le decepcionará.
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