Nadie se puede imaginar lo que se agradece una alegría en la casa de los pobres.
Enhorabuena compañeras y compañeros.
Podemos sentirnos orgullosos y orgullosas del trabajo y del esfuerzo colectivo, de la pasión que hemos derrochado en los debates, en los discursos, en las conversaciones, en las comparecencias públicas y hasta en la pegada de los tradicionales carteles, de toda esa fuerza que nos ha dado la razón y que ha hecho posible que nuestro discurso haya calado en una parte importante del pueblo, de la gente de izquierdas, de 1.680.810 personas que nos han dado su confianza de forma ilusionada.
Este orgullo lo compartimos con todos los compañeros y compañeras de las organizaciones con las que hemos caminado juntos en esta convergencia política. Una convergencia que tiene que seguir creciendo para gestar una alternativa de izquierdas a las políticas neoliberales y de derechas, injustas e inútiles, diseñadas y ejecutadas, no sólo por los partidos conservadores, sino también por quienes han renunciado a los mínimos principios y políticas socialdemócratas y que han entregado las democracias a las dictaduras de los mercados.
Tendremos 11 escaños en el Congreso y sabéis que con una ley proporcional deberíamos tener 25. De nuevo, este sistema electoral injusto nos roba 14 escaños que se reparten esencialmente entre el PP y el PSOE.
Es el mismo sistema que hace posible que el PP con un 44,6% de los votos tenga 186 escaños (un 53% de la Cámara) que le otorgan la mayoría absoluta. Todo ello por la negativa del Gobierno del PSOE a modificar la Ley Electoral (había mayoría parlamentaria suficiente para hacerlo), de acuerdo con el propio informe que emitió el Consejo de Estado y que fue rechazado por PSOE, PP, CIU y PNV.
El Grupo Parlamentario es vuestro y va a ser la voz de la calle que se rebela frente al robo de la democracia, de los derechos sociales y laborales, de nuestro maltrecho Estado de bienestar, de nuestro derecho a la vivienda y de la sostenibilidad de nuestro hábitat.
El Grupo Parlamentario va a ser la expresión institucional de vuestras aspiraciones, sueños e ilusiones, va a ser la voz de las organizaciones sociales y sindicales. La voz de la gente de izquierdas y mucha más que vamos a sumar en el apasionante camino de construir una gran izquierda alternativa.
Izquierda Unida y las organizaciones hermanas con las que hemos confluido somos un árbol que tiene que seguir creciendo en las instituciones y en la calle, echando cada vez más extensas y más profundas raíces entre la ciudadanía. Ese es el mejor legado que podemos dejar a quienes aspiran a ese mundo soñado, más justo, solidario, igualitario y libre.
Un fuerte abrazo a todos y todas, y a seguir trabajando en las instituciones y en la calle. Esa será nuestra mejor seña de identidad.
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