La federación de izquierdas teme que, una vez finalizado el proceso de saneamiento, el PP pretenda llevar a cabo una privatización de la empresa municipal.
El consejero de Izquierda Unida en el Consejo de Administración de Tussam, José Antonio Salido, ha expresado hoy su voto en contra al Plan de Mejora Económico-Financiero presentado por el alcalde, Juan Ignacio Zoido, para la empresa municipal de transportes por “llegar muy rebajado sobre las expectativas iniciales marcadas y por quedarse tan solo en un documento cargado de inconcreciones que solo detalla la reducción salarial”.
Salido ha criticado, en primer lugar, el escaso margen ofrecido por la dirección para estudiar y analizar debidamente un plan que, según ha informado, “nos fue enviado el viernes por la tarde, fijándose el consejo de administración para el lunes a las 12, en pleno puente del Día de Andalucía y con poco tiempo para el cruce de cifras”.
Entrando ya en materia, el representante de IU en Tussam ha censurado el hecho de que en el documento no se señale nada de la evolución tarifaria, “aspecto esencial para el devenir de los ingresos de la empresa y para la ciudadanía”, ni que tampoco se incluyan medidas novedosas para el incremento de los ingresos con actividades propias.
De la misma manera, --ha dicho-- se deja al criterio de los bancos si darán o no préstamos para refinanciar la deuda, por un interés que de forma voluntarista y unilateral se establece en el 5 por ciento para la deuda a corto plazo y para varias pólizas anuales --aunque sean de distintas entidades--, y se estima como frívola la evolución del coste de la vida en un 2,5% hasta el 2015, subiendo en 2016 al 2,8%. “Ni de Guindos se atrevería a tanto”, ha declarado Salido, en referencia a la falta de objetividad que recorre todo el texto de 23 páginas, añadiendo, que “se contempla un escenario de evolución con previsiones a cinco años encajadas a martillazos para que cuadren.”
Según el consejero de IU en Tussam, “el propio documento reconoce que no es un Plan Estratégico ni siquiera un Plan de Saneamiento, sino que se enmarca en una planificación táctica en la que se suman medidas desordenadas, ya conocidas, y por otro lado carentes de originalidad o de verdadera voluntad de saneamiento”.
En este sentido, ha lamentado que la ampliación del carril bus quede en “una mera expectativa sin proyectos, ni plazos, ni presupuestos”, renunciándose en la práctica a la captación de viajeros al haber perdido protagonismo el autobús frente al vehículo privado en el reparto de los espacios de la ciudad.
Con respecto al recorte en los sueldos, ha recordado que los trabajadores ya sufren de facto una congelación salarial desde 2009, a la que se sumaría ahora la disminución hasta 2015, siendo un total de 7 años en los que no sólo no avanza el poder adquisitivo sino que retrocede. Por eso, Izquierda Unida ha pedido progresividad y no linealidad en la distribución de las reducciones salariales, así como medidas correctoras para aquellos empleados que se encuentren próximos a su jubilación, dado el impacto que puede tener este plan en el cálculo de cómputo para sus pensiones.
En cuanto al aumento de los ingresos propios, Salido ha indicado que “se pasa de 51,3 millones de euros en 2011 a 61.06 millones en 2016 sin explicarse exactamente cómo se conseguirá ese incremento”.
Pero lo más revelador, a su entender, se expresa en el cuadro de aportaciones municipales. Desde los 64.55 millones de 2011 se incrementan cada año 5 millones pasando a 69,4 de promedio hasta 2014 y reduciéndose a 61.89 en 2016. “Ello quiere decir que aparentemente suman 16 millones, pero restan 4 en 2016 con lo que el promedio anual de esfuerzo en transferencias municipales se reduce a 2,4 millones de euros por año, y solo mientras dure el Plan, cifra absolutamente insuficiente para las pretensiones que se sugerían con este plan”.
Además, el calendario de transferencias, que sube 3 años y baja el cuarto, coincide sospechosamente con un calendario electoral en el que, a juicio de Izquierda Unida y por mucho que Zoido lo niegue, “se insinúa un saneamiento para una posterior privatización, frente a lo cual –ha advertido-- este grupo se posicionará firmemente”.
Por último y a tenor de las cifras tan poco rigurosas que contiene el documento, a IU le ha parecido preocupante el apartado de la evaluación del Plan, puesto que “otorga a sus autores un cheque en blanco para actuar ante cualquier parámetro de los analizados en el caso de que no se estén logrando los objetivos”. Dichos objetivos no dependen nada más que del Gobierno del PP, por lo que cualquier otro agente, sindicatos, trabajadores, consumidores, usuarios, grupos políticos o restante ciudadanía no podrían de ninguna manera acceder a intervenir sobre ellos.
Como conclusión, IU ha votado en contra del documento “por resultar poco equilibrado, demasiado ambiguo en los compromisos municipales; por no aportar ninguna originalidad en la captación de nuevos ingresos ni ninguna medida novedosa; por ser excesivamente frívolo en el uso de los parámetros que definen el escenario de futuro; y porque, en definitiva, lo único que pretende es la reducción salarial”.
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