30 septiembre 2011

¿A qué huele Sevilla?


Últimamente se viene dando una característica en nuestra ciudad: cuando abrimos nuestras ventanas o simplemente salimos a dar un paseo por nuestros barrios, estos huelen mal. Parece que nuestro ayuntamiento ha traído el mal olor y huele a basura, que es a lo huelen las mentiras del PP, o a vómito que es a lo que huele el revanchismo fascista de Zoido, o simplemente a abono de los campos que es a lo que huelen las grandes y tradicionales familias rancias de esta ciudad, tratando otra vez de abonarla para extraerle, como si de cultivos se tratase, sus beneficios a costa de las sevillanas y los sevillanos de a píe.
No deja de oler a basura el Partido Popular cuando en plena campaña municipal no hacían otra cosa que prometer lo que no se puede cumplir: más y mejores servicios municipales, bajada de impuestos o asunción de demandas de trabajadores de empresas públicas sin repercusión en los precios que ofrecen. Viene un olor pestilente desde Madrid al decir otra vez que cuando lleguen al gobierno bajarán los impuestos mientras en el resto de Europa lo suben, (como ejemplo Francia donde gobierna la derecha), mienten cuando dicen que crearán empleo al alcanzar el gobierno de la nación y que ellos acabaran con la crisis capitalista con más capitalismo, etc. ¡Todo esto huele a basura!
Huele a vómito el revanchismo de nuestro alcalde cuando cierra con regocijo las delegaciones de Izquierda Unida, enquista problemas como el de “Sevilla Global” a posta o simplemente recorta derechos a los parados y paradas: con el aplazamiento de la renovación del “bonobús solidario” y, sin embargo, vuelve a darle el privilegio a la Duquesa de Alba para que viaje gratis en nuestros autobuses públicos. ¡Todo esto huele a vómito!
Lo último es el olor a abono. Ese abono que utilizan las familias rancias de esta ciudad con la cantidad de dinero que se han gastado contra el anterior gobierno local, como el reparto de periódicos grapados gratis o el buzoneo de panfletos a color con foto “gambera”, o simplemente el pago a la prensa para cierta campaña deformatoria y difamatoria. Todo valía, incluso el abono, para volver a obtener beneficios como se trata a la tierra de cultivo a costa de todos nosotros.
Porque tengamos claro que esta ciudad olerá mal durante cuatro años y por mucho ambientador que le echen, seguirá apestando. Lo que nos queda es ir atacando las causas de esta pestilencia diciendo las cosas claras y sin ambages, que vienen tiempos duros y habrá que plantar cara a las concentraciones de estercoleros.
En otro momento hablaré del PSOE y Rubalcaba, que oler, oler, muy bien no huelen.

Nitov

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